Aprendemos a vernos como nos ven, a valorarnos como nos valoran. Lo que escuchamos y vivimos nos forma. No vemos el mundo como es, vemos el mundo como somos. Somos víctimas de nuestras creencias, pero podemos cambiarlas... Si cambiamos las percepciones que tenemos en el subconsciente, cambiará nuestra realidad. Al reprogramar las creencias y percepciones que tenemos de cómo es la felicidad, la paz, la abundancia, podemos conquistarlas... La vida es un reflejo de la mente subconsciente, lo que nos funciona bien en la vida son esas cosas que el subconsciente te permite que funcionen, lo que requiere mucho esfuerzo son esas cosas que tu subconsciente no apoya... Deshágase de los miedos infundados y procure no inculcar creencias limitadoras en el subconsciente de sus hijos... Dr. Bruce H. Lipton. Leer texto completo en:

Mariana Palova: La Belleza De La Metamorfosis Humana

Mariana Palova (1990) es una joven artista originaria de Jalisco, México. De formación autodidacta, su obra está basada principalmente en la belleza de la metamorfosis humana, utilizando su cuerpo para crear modificaciones corporales de sí misma como medio de expresión artística. Artista sensible y de rebosante imaginación, pretende  canalizar sus propias emociones, muchas veces envueltas en escenografías surrealistas en las que fusiona fotografía y pintura a través de la manipulación digital de sus imágenes. Ha realizado exposiciones individuales en Estados Unidos y en Europa. Os dejamos con la reflexión que hace ella misma sobre su trabajo: “La magia de la imaginación humana es mi principal inspiración, el interpretar sus voces, los cantos del vientre de la mujer, la ensoñación del hombre hacia lo que le rodea, la silueta lunar que se interpreta a través de la figura femenina, todo influye en la creación estética de mis piezas. El realizar un ritual de unión entre mi espíritu y la naturaleza astral que me rodea es sin duda la vena de mi técnica ilustrativa; el verme a mí misma como masilla de mis visiones me convierte en un oráculo hacia mi cosmos. Y jamás he encontrado en mi camino una sensación más enervante”.














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